[En Vivo] Dosis Personal: Derecho o Delito

Posted on marzo 26, 2009 por

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marihuana

(cc)izaeus|argazk

Alvaro Camacho(C), Nicolas Uribe(U), Armando Benedetti(B) y Diego Arango(A), son los invitados por la Universidad de Los Andes para un conversatorio sobre la dosis personal en Colombia.

Repitiendo el ejercicio realizado con la conferencia de Carlos Gaviria, actualizaré constantemente este post con los mejores aportes de los panelistas a la discusión. De antemano les pido excusas por cualquier error ortográfico o de redacción, intento escribir lo más veloz posible.

[Recuerden actualizar constantemente la página]

Inicio: 4:14 p.m

  • Daniel Pacheco (estudiante): «Invitamos a la Plaza de Bolivar en Bogotá portando su dosis de personalidad (música, libros, dosis legal, etc). Primero, nuestra invitación es aportar una dosis según permite la ley y no a consumirla. Segundo, dado que es posible que haya dosis visibles, no deben venir menores. La autoregulación es el mejor medio para permitir las libertades. La manifestación es nuestro mejor respaldo al apoyo a la libertad, posición compartida por consumidores y no consumidores que proponen respaldar los limites impuestos al gobierno para que no afecten nuestras libertades. Es una forma de decirle al gobierno que retire el proyecto de ley que busca penalizar. Debe haber un debate basado en terminos científicos. Proponemos distinguir los diferentes tipos de consumidores. ¿Al ser yo un consumidor, un «enfermo», dejo de tener voz frente a ustedes (gobierno)?. Hablemos de prevención efectiva, de la producción y el coste real de la guerra contra la droga en Colombia. ¿Cuál debe ser el rol de los consumidores en un país productor?.»
  • A: ¿Ha sido buena la droga para el desarrollo de tu personalidad? Estudiante: Evidentemente, sino, sería una conducta irracional el hacerme daño sin tener beneficios.
  • A: ¿Eres un adicto? Estudiante: Si, soy un adicto a drogas legales: el cigarrillo, el café.
  • B: El té también es psicoactivo.
  • A: Muy bien, muchas gracias.
  • C: Existen tres grandes paradojas historicas, distanciadas por miles de años. La primera es que uno de los más reconocidos estimuladores del vino fue Jesús, cuando convirtió el agua en vino y dijo «esta es mi sangre». La segunda, es Noé, cuando celebró después del diluvio emborrachandose y quedandose dormido desnudo, y su hijo lo vió y le avisó a sus hermanos, que fueron y lo taparon. Al despertar Noé, en un guayabo feroz, maldijo a su hijo y lo convirtió en la perdición de la raza negra a la cual condenó a la esclavitud. Entonces vemos la publicidad al vino. Actualmente, nos aprestamos a que la dosis se ade nuevo prohibida, prohibida por un estado que es el principal estimulante de un consumo psicotrópico n veces más dañino, que es el aguardiente, vendido por el estado y cuya publicidad se encuentra en todo el país. Y eso no está prohibido, es monopolio estatal. Son paradojas que muestra que el prohibicionismo en general, el de consumo, está lleno de contradicciones historicas. Antes se decía que quien consumía café era un libertino. En Inglaterra, la pugna entre la ginebra y la importación de vino, se tradujo en que la corona estimuló el consumo de ginebra, mucho más nociva que el vino. En la historia han habido tendencias muy contradictorias. El papa León XIII era adicto a un vino hecho con coca conocido como el vino mariano. Freud intentó utilizar la coca como un recurso en los tratamientos psiquiatricos. Sherlock Holmes se tomaba cocaína con siete partes en cada vaso de agua para solucionar sus casos. La Coca-Cola, cuando usaba el principio activo de la coca, no era lo que es hoy en día, era un tónico, porque la coca se consideraba un tónico y fue recomendada por medicos en Estados Unidos como un tónico, y solo a partir de la prohibición se quitó la coca de la Coca-Cola, al menos en su principio activo. Con esto, lo que quiero decir es que en la historia, hay períodos de aceptación, de permisividad, de prohibicionismo, y en general el último ha estado ligado a tres principios fundamentales: Uno son las luchas del prohibicionismo puritano a principios de siglo, a partir del argumento de que el consumo de alcohol era una forma de libertinaje, de desperdicio, de pecada, una campaña hecha por amas de casa que arguían que los hijos se gastaban la plata en los bares y hacían maldades que contradecían el credo puritano. Una influencia bastante religiosa. En el caso de otras drogas, ya no es esa ética puritana sino algo peor: el racismo. Toda la documentación que uno encuentra a la cocaína, la marihuana y a la heroína es porque estaba relacionada con asiáticos y negros. El prohibicionismo tiene unas bases profundamente discriminatorias y condenatorias de la población que consume. Sin embargo, hay también muchas evidencias de orden medico que muestran varias cosas: la marihuana no lleva ni al libertinaje ni a conductas ílicitas, al contrario, es una droga pacífica. La coca es una droga absolutamente pacífica. Entonces, hay un argumento nuevo, es la salud, pero, hasta ahora, no se ha podido probar que un consumidor de marihuana se muera por consumir marihuana, como si puede morir por consumir tabaco o alcohol. Se producen inconvenientes por las condiciones en que se consume, tipicamente producidas por el prohibicionismo: clandestinididad, rendimiento de la droga con químicos que alteran su calidad y el comercio ílicito que lleva a empeorar las condiciones de la droga vendida. Los E.U. salieron de la prohibición del alcohol que había producido contrabando, desarrollo de bandas, corrupción generalizada y perdida de la calidad en el alcohol. La gente consumía unas pocimas horrorosas producidas en condiciones anti-higienicas por la falta del estado en la producción. Quitaron la prohibición y se incluyó una política que propone minimizar el consumo. De modo que el prohibicionismo lo que hace es producir más males de lo que pretende. Pero no todo prohibicionismo es igualmente nocivo. Hay prohibicionismos, y voy a resaltar un prohibicionismo expresado de manera muy paradojica: la prohibición de la chicha, bebida índigena consumida por muchos años, que fue prohibida bajo el argumento de que produjo la reacción violenta del 9 de abril. Se decía que la chicha es como la fé, que consuela pero embrutece. No por la bebida, sino por las condiciones en las que era consumida. Se sustituyó la chicha por la cerveza cabrito, y hoy día utedes tienen a una población que consume, probablemente, más cerveza que la chicha de antaño. Si se hubiera combatido el problema higienico, probablemente hoy consumiriamos la chicha, menos nociva. El prohibicionismo es una política que produce más mal que el bien que hace. Manda al consumidor a la clandestinidad. Daña la calidad del producto. Se asocia con el crimen. Produce unas ganancias que benefician a la peor población del mundo (narcos, etc). No quiero meterme en problemas éticos ni decir que el estado no puede meterse con la intimidad y la moral, lo que quiero señalar es que prohibir es peor.
  • B: No se debe penalizar la dosis personal. Creo, ante todo, que esto es un problema de salud pública, en Alemania, en Inglaterra, en España, en Colombia no es un problema de salud pública pues el estado no lo ha absorvido como un problema de estado. Creo que es a través de la prevención como se soluciona, mientras que ciertos senadores creen que es a través de la prohibición como se soluciona el problema. La penalización va contra los enfermos, una persona adicta es una persona enferma, y no lo dice benedetti, lo dice la WHO y otras organizaciones. Aquí viene una cosa perversa por parte del estado, que quiere darle solución a un problema de salud pública desde el derecho, que es lo que paso en la epoca de Stalin con los locos. Cuando el estado no sabe que hacer con un enfermo, busca eliminarlo. A quién se va a sancionar, son menores de edad. Todos empiezan en un promedio entre 12 y 18 años. En Santa Marta se consume heroína a partir de los 12 años. En Arauca a los 13 años. Antes de los 19 años el 90% de los consumidores ya han probado la marihuana o la cocaína. Estamos atacando a los menores. No estoy seguro que la sociedad pueda darse cuenta de cuando un estado quiera jugar el papel de papá del pueblo. Desde la constitución se quiere prohibir, ahora como si el estado fuera el papá. Entonces tendríamos que prohibir el alcohol, la grasa, no hay nada más dañino de la grasa. El dulce, no hay algo más dañino que una bola de dulce para un niño de 5 años. Pero hoy nos quieren decir si usted es enfermo o no lo es, y que además, tiene la obligación de curarse. Gran estupidez. Yo consumí, y fuí rehabilitado. La culpa no es de la droga, sino mia. El estado, las personas que están aqui, no pueden moldear la personalidad de alguien, que es lo que le pasa al señor Andres Arias, que cree que existe una personalidad ideal y que el derecho puede llevar a las personas a esa personalidad, no hay nada más fascista que eso. Pero quieren una estupidez mayor. Si alguien se mete un pase en este momento, el estado supone que en un par de horas esa persona va a robar o a matar, por esto, hay que intervenirlo, sin el haber hecho nada malo o ilegal. Podríamos decir que estos estados se asemejan a los totalitarios, y voy a recordar algo sucedido en el 2002 en sudáfrica. Allá, donde más se persigue a la droga, se puso una tutela diciendo que ellos (los raftas) se comunicaban con dios a través de la marihuana, y la corte tuvo que permitir a esa religión consumir esa marihuana, pues considera que no existe una personalidad perfecta y el estado no puede intervenir. Para mi, el estado colombiano falló en el tema de la prevención y la educación. Ahora el gobierno sale con sus tribunales, una forma de maquillar la penalización y la criminalización, algo que se inventaron en E.U. para negociar esa pena. (lo interrumpieron) Esos tribunales son lo más perverso, pues automaticamente usted sale a negar el problema, si en algo habíamos avanzado es en que la sociedad había aceptado que existe el problema, estaba entendiendo que hay una enfermedad. Con los tribunales vamos a negar la enfermedad, y cada persona consumidora se va a meter en una cascara y va a tener más dificil salir. Para rehabilitarse, la persona debe querer hacerlo, y aquí con los tribunales quieren ponerla obligatoria. Yo se que esto será un fracaso. Entre más se moleste, más se friegue y más se prohiba, la gente más va a consumir. Miren a Chile. En países donde más se persigue el consumo, es donde más se consume (Italia, Argentina, Chile), mientras que Colombia y Holanda tienen menos consumo. Aquí la prevención ha fallado, de cada 100 pesos que se usa para la política contra el narcotráfico, solo 3 van a la educación, y el resto se lo gastan los burocratas del estado en cosas inservibles. Jamás debemos ignorar a las minorías.
  • U: Generalmente se habla ideologicamente abstrayendonos de la realidad. Es este un escenario academico o un asunto pragmatico. Debemos tomar decisiones que nos afecten a nosotros, no a los sudafricanos ni a los holandeses, sino al país en el cual vivimos. Uno se puede despacahar en construcciones ideologicas de mil maneras. Quisiera mencionar en lo que estamos de acuerdo, sin entrar en el juego que busca este tipo de debate para convertir a unos en derechistas violadores de derechos, y a otros en inteligentes. Lo que quiero es buscar como construir, a partir de una realidad social, una solución que beneficie al país. Estoy de acuerdo con que es una problematica de salud pública. Es necesario reconocer que el gobierno ha sido ineficaz desde el punto de vista de la prevención. Pero no solo el gobierno, sino también el sector privado. Ninguna EPS ha promovido un proyecto para prevenir ninguna droga. El estado debe incorporar la rehabilitación en el plan de salud obligatorio. Estoy en desacuerdo con la creación de los tribunales y la rehabilitación obligatoria, contra la voluntad del consumidor. Es imposible que uno pueda rehabilitarse cuando no existe la voluntad. Sería absurdo que un estado obligara a una solución que no puede proveer. Me sorprende que el tema sea abstraído de la realidad de la ciudad y del país en el que nos encontramos. Hay una opinión publicada que insiste que en el mundo se viene hablando de la legalización como la salida al problema y que Colombia va en contra. Eso es errado. El mundo busca articular todas las posibilidades para combatir el consumo, la producción y la distribución. Hay diferencia entre penalización y sanción. Como en el tránsito, las sanciones no son equivalentes a llevar a la cárcel o criminalizar y cambier el termino de enfermo a delincuente. Toda la cadena de la droga está penalizada a excepción del consumo. La droga no llega al bolsillo por una cigüeña mágica. Llega después de haber sido producida por criminales. El consumo financia a las bandas de criminales. Desafortunadamente, estamos financiando las balas y las bombas con las que a nosotros nos atacan. Hay una preocupación: ¿cómo logramos desarticular y prevenir que las bandas se apropien de las ciudades para garantizar el consumo de los que están enfermos? Si bien hay una persona que es adicta, o consumidor, o como sea, uno les da el derecho a rehabilitarse. Pero el derecho de esa persona no puede ser el de incentivar redes que apoyen la criminalidad y las bandas en la ciudad. No buscamos penalizar, sino que desafortunadamente, quien consume ayuda a financiar el terrorismo y a comprar las balas que matan a nuestros soldados y a nuestros ciudadanos. ¿Podríamos legalizar todo? ¿Colombia sería presentable en el escenario internacional cuando hay una tendencia contraria o nos convertiriamos en un narco-estado? Sería como decir que a Samper lo financiaron unos empresarios, y que las FARC aportan al PIB y son el instrumento para salir de la crísis económica. No es una posición realista. La tendencia mundial no va hacia una tendencia a la legalización. La pregunta es en el aquí y en el ahora. ¿Por qué no sancionar el porte sin meternos con el consumo? El comercio usa como correo humano la dosis personal, de modo que la policia no puede hacer nada. No estamos volviendo criminales a los adictos. Yo creo que podríamos trabajar en la sanción del porte de droga, establecer garantías para quien lo quiera, enfilar esfuerzos para tener una prevención eficaz, no solo con spots en televisión, sino con impedir que el primer consumo de droga llegue a manos del consumidor. La droga se regala a las entradas de los colegios. Regalarla no es ilegal. Existe un problema en materia de seguridad. No puedo creer que la droga no es mala en si misma sino por las condiciones en las que se presenta, es decir, ¿cuantos no han muerto por sobredosis? ¿qué pasa con la adicción? ¿como vamos a pagar la rehabilitación? Hay una diferencia evidente entre el alcohol y la droga: lo que pasa esque hay algunas informaciones preocupantes. En Suecia, que es prohibicionista, tiene los mismo indices de consumo con su vecino liberal. En E.U. Jimmy Carter, democrata, quitó la droga para reducir el consumo. Lo que tenemos que lograr es ponernos de acuerdo sobre lo fundamental, ser claros en que la droga como uso o como no uso, desarrollo o no desarrollo de la personalidad, es un elemento malo para la sociedad. La libertad de los individuos no puede poner en peligro a la sociedad con la financiación de los terroristas. Debemos ser creativos para la prevención. Este debate no se resume a si tengo derecho o no, pues jurídicamente se pueden alegar diferentes posturas con un marco constitucional. Es un tema importante y muy caro para el país. Lamentablemente, muchas veces se trivializa y se simplifica un debate.
  • A: La droga no es un valor, es un anti-valor. Nadie puede convencer a otro que la droga es buena y positiva para un ser humano. La droga consume, en diferentes aspectos al ser humano, y lo termina degrandando al punto de que la persona puede terminar muy mal su vida. Es necesario ver como es la vida de las personas que adoptan esta posición. Aquellas personas que han incursionado en el mundo de la droga, han pasado tremendos calvarios para mejorarse. Yo les garantizo que en la mirada y la conciencia el adicto no tiene libertad. Quien consume de forma continua, se da cuenta que está entrando en un camino muy díficil de abandonar. Mi único hermano entró en el camino de la droga, y como muchas personas, comenzó en una fiesta. Un hombre además muy apuesto, bastante hedonista. Poco a poco, lentamente, su vida fue variando desde muy joven, sin yo darme cuenta. Pero, el después me confesaba, este hombre fue caminando en la vida y llegó a un punto muy duro. Personalmente se lo que fue sacar a este hombre que hoy es un modelo de persona. Personalmente me tocó sacarlo del cartucho. Perdió 15 años deambulando en la calle como un mendigo, arrastrandose en los confines de ese tipo de vida. Yo le pregunté si apoyaría el proyecto de penalización, y el me respondió «si, yo lo apoyaría, porque a mi me tuvieron que prohibir que yo siguiera adelante». El consumo financia la guerra y la muerte. Colombia no ha progresado porque el presupuesto está mayoritariamente orientado a evitar la producción. Se ha minado la moral del pueblo colombiano en lugares apartados en donde la gente vive de la producción de droga, para vendersela a pequeñas minorías que se están enriqueciendo a costas de la moral. Ustedes, si han viajado a otros paises, han sido señalados por ser un país narcotraficante. El consumo es malo para la gente, para el país, para la salud psicoactiva que tiene un ser humano. No entiendo una sociedad que se regocija permanentemente en el consumo de sustancias que les arrebatan la dignidad. Nadie me podrá decir que tendremos un país íntegro cuando es un país de consumidores. Me inclino por la prevención más que por la prohibición. La prevención comienza en las familias y en la obligación del estado por preservar la salud de los ciudadanos. Comienza por la conciencia interna de cada uno de nosotros. La prohibición, lamentablemente, tiene que darse. Los humanos no podemos tener una libertad ilimitada, para eso existe una sociedad que impone limites. Es necesario legislar para que Colombia pueda llegar a tener limites para que podamos erradicar el trámite de drogas. No hay una enfermedad en la humanidad más grave que el consumo de las drogas. Nosotros debemos controlar ese consumo a través de la prohibición y la prevención, dos caminos que gradualmente trabajados, nos hará una Colombia libre de drogas y que nos llevará a ser grandes en la tierra.

Ideas sueltas de la sesión de preguntas

  • B: De los 9, 7 ya son del gobierno y 5 son godos (magistrados de la Corte), así que es muy probable que el proyecto pase.
  • C: No creo que sea intelectualmente sano plantear prohibición y legalización. Hay muchas medidas intermedias. No es de abrir los mercados, sino de combatir la prohibición, cosas conceptualmente distintas. Es más fácil regular un producto cuando tiene control de calidad. Claro que hay sobredosis que mata, pero también se puede morir de sobredosis de chicharrón. No hablamos de extremos, sino de unos consumos normales que no necesariamente tienen que producir esas condiciones. La droga no es un anti-valor, a menos que me digan que el Néctar es un anti-valor.
  • U: Los liberales promulgan la libertad de consumo y la libertad de mercado. Dicen que si nosotros vendemos droga en las droguerías, se elimina el mercado ilegal. Cosa que es falsa. La legalización no nos conduce de forma inmediate a la eliminación del mercado ilegal.

Sesión Finalizada a las 5:53 p.m

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