El problema de la educación en Colombia

Posted on marzo 22, 2010 por

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Por Camilo Millán

(cc)Rodrigo HerRaz

La educación es un derecho toda persona y una obligación del Estado según nuestra Carta Política[1], en donde éste debe fomentar las condiciones necesarias para el desarrollo de nuestro derecho.

Sin embargo, el Estado colombiano ha entendido su obligación ante la educación como el simple hecho de dar cobertura a toda la población nacional en los niveles básico y medio, sin importar la calidad como un elemento esencial de todo proceso educativo; además existe una gran carencia de fomento por parte del estado hacia la educación superior, por lo que sólo un grupo minoritario de la población puede acceder a la universidad.

El objetivo de este artículo es mostrar la falencias de la educación en Colombia  analizando dentro de la educación pública (I) las fallas que poseen los planes curriculares de los colegios, (II) los bajos niveles de exigencia, el fomento de la mediocridad y la falta de presupuesto e inversión del estado; a nivel privado voy a hablar de (III) la utilización de instituciones educativas como simples negocios sin responsabilidad ética; y, para finalizar, hablaré de (IV) los problemas de la educación superior, haciendo énfasis en el reducido sector público.

Yo no soy un pedagogo, pero mi madre sí. Gracias a ella he conocido de primera mano los problemas de la educación privada y pública, por lo que considero que puedo denunciar las carencias más evidentes y graves de esta actividad. Quiero enunciar que este trabajo tiene un carácter propositivo, por lo que a lo largo de éste se encontrarán sugerencias hacia el sistema educativo colombiano.

Las fallas curriculares de la educación Básica y media  en Colombia

Las estructuras curriculares de la mayoría de las instituciones educativas poseen 2 grandes falencias que se evidencian en los problemas actuales de la sociedad, y en la inutilidad del título de bachiller: (1)  la falta de un programa que genere un ser íntegro a nivel ético y crítico, y (2) la falta de materias que enseñen oficios técnicos.

El primer problema se presenta principalmente en los colegios públicos -aunque puede trascender a los colegios privados- que no le dan importancia a la formación espiritual del ser humano. Si bien este problema no sólo depende de la escuela,  ya que la familia es el principal formador ético y crítico del menor, es necesario ver que ante la imposibilidad de muchos padres para ofrecer esto, corresponde a la escuela llenar ese vacío familiar.

El problema ético de la educación es bastante grave puesto que al estudiante no se le ha dado una formación con base en valores  como el respeto, la igualdad, la tolerancia y la solidaridad, lo que genera la incapacidad del estudiante para enfrentar de manera correcta a los diferentes tipos de problemas que posee la vida del ser humano, como un ser social. Esto va llevar a violar al estudiante o egresado, los derechos de los demás innecesariamente  para hacer valer su posición o sus necesidades. Esta carencia lleva concretamente a la violencia, el vandalismo y la delincuencia, puesto que el estudiante no entiende que existen medios alternos para la solución de los problemas, lo que aumenta uno de los grandes problemas de la nación. Como ejemplo de esto quiero mencionar la tolerancia que existe de por parte de la población a la mafia, al paramilitarismo, a la guerrilla y la preferencia por solucionar los problemas  por medio de los puños o las armas.

Para solucionar este problema es necesario la creación de una asignatura donde se busque la generación de un ser íntegro “espiritualmente”, que pueda desarrollarse dentro de la sociedad correctamente, enfrentando sus obstáculos luego de analizar que gana y que pierde si realiza cierto acto. Hay asignaturas de ética y valores en algunos colegios pero la intensidad horaria, y el enfoque mal dado no permite que estos sean eficaces.

(cc)seretuaccidente

El segundo problema es más general, ya que lo van a poseer la mayoría las personas que no puedan ingresar a la educación superior, puesto que encontrarán muchas dificultades para conseguir un trabajo ya que en Colombia un título de bachiller no sirve para nada si se trata de buscar empleo.

Al existir una oferta muy reducida y costosa por parte de la educación superior en Colombia, muchos egresados se ven obligados a buscar trabajo, pero al enfrentarse a la realidad, se dan cuenta que lo que necesitan los empleadores  son personas que manejen un oficio técnico y que tengan experiencia laboral, cosas que no dan la escuela, por lo que se hace necesario la tecnificación de la instituciones educativas.

Considero que con base en los gustos del estudiante y las necesidades de la región donde habitan, se les ofrezca una formación técnica la cual le permita al egresado conseguir trabajo más rápidamente o auto emplearse, permitiéndole administrar su pequeño negocio y hacerlo productivo. Por ejemplo, si un joven vive en el campo y le gusta el agro, se le debe enseñar cómo trabajar técnicamente el campo, para que se emplee de manera más fácil o, en caso que no quiera esto o que la oferta no se lo permita, pueda trabajar en su propio cultivo tecnificándolo para que sea más productivo y genere una mayor ganancia.

Obviamente el gobierno debe buscar o generar un mercado para esos productos, ya que si la productividad aumenta y no hay donde vender los productos posiblemente el desempleo y la miseria continuarán, pero si el estado genera el mercado, este tipo de educación le va a permitir a el egresado obtener una mejor remuneración por su trabajo ya que es una mano de obra calificada. Si el  egresado cree que “el sueño americano” es la solución a sus problemas, al inmigrar recibirá una mejor remuneración por su trabajo, puesto que en muchos países del norte global  la mano de obra calificada es muy escasa, ya que los inmigrantes generalmente carecen de estos conocimientos y sus nacionales son profesionales en otros campos.

El problema de la educación, a nivel crítico y analítico, se evidencia en que los estudiantes o egresados no son capaces de analizar la información emitida por las otras personas y los medios de comunicación, situación que genera un empobrecimiento del debate político y democrático, y se traduce en un aumento y permisión de la corrupción, de los delitos menores y las grandes problemáticas del país. Esto se observa en la situación política del país, en la incapacidad de escoger lo que es conveniente a futuro, en la ceguera de la realidad.

Obviamente las áreas básicas del conocimiento como las ciencias, matemáticas y lenguajes deben ser el principal objeto de la educación primaria y secundaria, pero también es necesario que el estudiante tenga herramientas para enfrentar la realidad nacional, algo que muchas veces el colegio no ofrece.

También es necesario que el Estado realice estas reformas y fomente este tipo de educación, porque desde que se siga viendo la educación como un elemento de segundo nivel y no se le dé la suficiente importancia económica, seguirán saliendo bachilleres y aumentando las cifras de desempleo y de violencia.

La calidad de la educación

La calidad en la educación es el problema más importante en Colombia, y es el gran punto de quiebre entre la escuela pública y la privada, puesto que aunque la educación ofrecida por el estado es gratuita, en la gran mayoría de las instituciones no se le ofrece una educación idónea al estudiante.

Existen algunos colegios estatales buenos, pero generalmente para poder ingresar se necesitan “palancas” ya que que los cupos son muy pedidos, y generalmente no cubren la demanda. Entonces, los padres se ven obligados a buscar un colegio privado para sus hijos en busca de calidad, pero muy pocos lo logran, debido a que la mayor parte de la población no puede acceder a estas instituciones por sus altos costos. Aunque en el mercado de lo privado se pueden conseguir colegios desde 70.000 pesos, y hay colegios parroquiales que ofrecen una formación íntegra en valores a bajos costos (en comparación con otros colegios privados), para una familia que sobrevive con un salario mínimo al mes es imposible invertir esos 70.000 pesos, puesto que existen otras necesidades como la alimentación, el transporte, los servicios públicos, etc. Sin estos gastos el ser humano no puede vivir o trabajar, por lo que el joven sólo puede acceder a lo que el Estado ofrece.

Al ingresar a la escuela pública el estudiante no va a recibir una educación de calidad, por lo que al presentar el examen de estado ICFES obtendrá un mal puesto que no le permitirá acceder a la universidad pública, y al graduarse no encontrará en qué ocuparse.

El problema de calidad en la educación pública tiene dos causas: el fomento de la mediocridad por parte del estado y la falta de apoyo al docente.

El estado, en su afán de dar cobertura y gastar poco dinero en educación, creó el infame decreto 230 de 2002, que trajo como consecuencia que los docentes y el consejo académico de las instituciones educativas no pudieran rajar más del  5% de los estudiantes (art. 9), por lo que si en un curso de 30 personas había un muchacho que perdía 12 materias, otro 11 y un último 10, sólo podía perder el de 12 asignaturas. Esto trajo como consecuencia que muchos jóvenes pasaran todo su colegio sin perder el año, no gracias a sus conocimientos sino a que siempre hubo alguien peor que ellos.

Cuando un estudiante de este tipo sale del colegio, no puede hacer nada porque su ICFES es muy malo, y esto no le permite ingresar a la educación superior, o la militar en algunos casos. Este pésimo resultado en el examen se da porque el estudiante no puede leer bien, no sabe álgebra, trigonometría  y cálculo, no aprendió sobre ciencias y, aunque el colegio le quiso exigir, la ley no lo permitió. Aunque esta norma “murió” el año pasado por el decreto 1290 de 2009, generaciones completas quedaron marcadas por sus nefastos efectos. Esto se ejemplifica en que los docentes y el estado  prevén que la “mortandad” de los estudiantes con respecto a su año electivo  aumentará considerablemente en los próximos años, ya que el estudiante no tenía necesidad de esforzarse antes del 2010 para aprobar el año, y viene acostumbrado a un ritmo de mediocridad.

Otro problema es la falta de apoyo del estado hacía el docente que, por razones de presupuesto, limitaciones burocráticas y falta de estímulos, no se esfuerza por ofrecer más allá de lo que dice el libro y obliga la ley.

En este caso prima el principio de legalidad para empleados públicos, que ha sido desarrollado muy fuertemente en la legislación educativa, afirmando que el funcionario público solo debe hacer lo que dice la ley sin extralimitarse, es el pan de cada día en la educación pública, puesto que si el docente hace un proyecto, y si hay quejas por parte del padre de familia o de un estudiante hacía éste, le generará proceso disciplinario el cual le va a marcar su hoja de vida y, en el peor de los casos, puede perder su puesto como funcionario del estado, aunque esas quejas sean injustas, producto de la ignorancia, o que si ocurrió un percance, que éste sea menor o un caso fortuito.

En consecuencia el maestro por temor a un proceso disciplinario se limita solo a hacer lo que la ley dice que se haga estrictamente, y aunque el docente tenga muy buenas ideas  prefiere no utilizarlas por temor a perder su puesto.

Se le debe dar una mayor autonomía al docente tanto a nivel de cátedra como a nivel investigativo, obviamente protegiendo los derechos del menor pero sin limitar en exceso al docente para poder superar el problema de la calidad, y también debe existir una mayor inversión por parte del estado para que el docente genere investigación al lado de su pupilo, y el maestro vea recompensada su labor. Considero que la educación de calidad es un derecho de todos y no de unos pocos y que el estado no debe limitarlo en el momento de establecer sus prioridades.

La educación privada sin responsabilidad ética

Muchos de los colegios privados no ofrecen una educación de calidad simplemente porque no son instituciones constituidas con el fin de generar conocimiento hacia sus estudiantes, sino que buscan generar una alta ganancia para sus propietarios.

Por mandato constitucional los particulares pueden constituir instituciones educativas (art. 68), pero en algunos casos por la ambición de sus propietarios y la necesidad de una educación mejor que la estatal, estos colegios se convierten en instituciones de la mediocridad.

Hay colegios que cobran pensiones no muy costosas a los particulares, pero muchas veces estas escuelas contratan profesores poco preparados, no invierten en investigación y mucho menos en infraestructura, por lo que sus egresados salen mal preparados y el dueño del colegio muy enriquecido a costa de la necesidad de los demás. Generalmente estas instituciones dan una educación superior a la estatal, pero eso no significa que la educación sea la adecuada,  por lo que los egresados de los denominados “colegios de garaje” van a tener muchos problemas para acceder a la educación superior y enfrentarse a ella.

Lo ideal sería que el estado regulara de manera más rigurosa estas instituciones, pero como éste ofrece una educación inferior, obviamente si regulara de manera correcta estos establecimientos, violaría la igualdad de derechos entre el estado y los establecimientos educativos privados, ya que al estado se le exigiría menos obligaciones que a la persona privada. Existen colegios privados no muy costosos que dan una formación relativamente buena a sus egresados, y aunque poseen exámenes de admisión y se necesitan generalmente contactos para entrar, esto es la muestra de que se puede dar una educación privada sin ánimo de lucro.

La educación superior y sus problemáticas

La educación superior entendida como la educación a nivel profesional, tecnológico y técnico, posee como problemas la incapacidad de cumplir la demanda por parte de las instituciones buenas, la calidad y la falta de inversión por parte del estado.

Existen muchas instituciones educativas en las grandes ciudades de Colombia, pero para las personas que viven en ciudades pequeñas y que no poseen los suficientes recursos para enviar a sus hijos a estas instituciones, generalmente sólo pueden acceder a la universidad del departamento, y en consecuencia,  gran parte de la población no puede ingresar a la educación superior por falta de cupos.

En las grandes ciudades las universidades son costosas o poseen cupos limitados, por lo que las personas que buscan este servicio se ven obligadas a estudiar en institutos y fundaciones de mala calidad, y si no pueden acceder a estas deben buscar trabajo puesto que no hay mas oferta.

Para la mayoría de la población la mejor alternativa es la educación pública pero su oferta es muy baja, puesto que para una persona que gana un salario mínimo es casi imposible pagar una universidad privada o instituto técnico, por lo que es necesario por parte del estado invertir en educación pública para que la oferta aumente, creando más universidades y más sedes de las ya existentes.

En relación con la calidad, al igual que en los colegios, existen muchas “universidades de garaje” que no ofrecen una educación de calidad al estudiante, por lo que al salir de estas instituciones, éste se ve obligado a trabajar en oficios mal remunerados en comparación a otros egresados de buenas universidades en el mismo campo, si es que logra conseguir empleo. Estas instituciones generalmente son económicas en comparación a las buenas universidades, sin embargo, podrían ofrecer una educación superior si no fueran el medio de lucro de otros. Evidencia de eso es que hay instituciones privadas no tan costosas que ofrecen una educación de calidad a sus egresados.

Opino que el estado debe regular estas instituciones ya que no están sacando buenos egresados, y al igual que los productos alimenticios tienen un registro de calidad del INVIMA y el INCOLTEC, el conocimiento debe tener estándares de calidad.

Tanto el Estado como la Nación no han comprendido que la educación es una fuente de riqueza muy grande, y con base en una mentalidad mercantilista del siglo XVI, no se considera esto una prioridad a la hora de invertir.

Es necesario, para modernizar y sacar a Colombia de la pobreza,  buscar nuevas fuentes de riquezas mas allá de la explotación del sector primario, y para esto se encuentra el capital intelectual de nuestro país como una nueva fuente de recursos. Considero que es inadmisible que ni siquiera el 1 % del PIB se invierta en educación, y esta carencia se evidencia en la productividad a nivel internacional de Colombia, la cual cayó en un 17% en los últimos 45 años.

Considero que gran parte de esa improductividad se debe al atraso de los modos y medios de producción con respecto a otros países, siendo un ejemplo de esto que en Colombia todavía es usual arar la tierra con un azadón y no con un tractor. La inversión no debe ser únicamente a nivel público y  las instituciones privadas deben poder competir y adquirir recursos por parte de Estado para investigación. Si se desarrollan conocimientos se pueden vender al exterior y o utilizar internamente para fortalecer otros sectores económicos, y si hay riqueza junto a la productividad Colombia podrá salir de la pobreza.


[1]Arts. 44, 45, 67, 69, 70, 71, 72

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Posted in: Opinión, Política