Por Sergio Chiquillo
Martes 13 de octubre de 2009. Dicen que los martes 13 son de mala suerte, yo no soy supersticioso, así que creo que lo que le pasó a Claudia López no fue producto de una mala racha, sino que ella misma se lo buscó.
A ver, empecemos por el principio. Claudia López es una mujer sin igual, una periodista increíble. Yo puedo decir con orgullo que ella me ha dado una clase, de la cual aprendí mucho, donde explicó todo el proceso desde investigación hasta que finalmente se destapó la olla de los parapolíticos. Este proceso fue realmente complicado y bastante laborioso, pero Claudia López lo resolvió de la mejor manera, convirtiéndose en la primera fuente para esclarecer los hechos del fenómeno de la parapolítica. ¿Claudia qué pasó? No puedo entender como una persona de esas cualidades comete ese error tan garrafal y esa decisión tan mal tomada de escribir “Reflexiones Sobre un Escándalo” que lo pueden encontrar en eltiempo.com
En su columna semanal del periódico El Tiempo, que era todos los martes, Claudia escribió acerca de lo mal que le pareció como el reconocido diario abordó el tema de Agro Ingreso Seguro. Entre muchos argumentos, lo que ella quiso decir fue que El Tiempo estaba sesgando la información por sus intereses en el tercer canal de televisión y su apoyo político a un socio del periódico: Juan Manuel Santos.
Debo confesar que antes de ser periodista, soy Administrador de Empresas, y lo que veo en ese artículo no es más que una inconformidad por parte de un empleado hacia la organización a la que pertenece. Lo que pasa es que lo hizo de la manera más inapropiada e hiriente para un jefe. Claudia fue muy ingenua si creyó que después de decirle a los miles de lectores de El Tiempo, que el periódico era mentiroso, No iba pasar nada. El periódico no la censura y escribe una nota al final del artículo que dice que rechaza las opiniones de Claudia porque son falsas y que entiende el artículo como su carta de renuncia.
Es una lastima, porque Claudia debió usar los conductos regulares internos para expresar sus quejas e inconformidad y así pudo haber luchado desde adentro el mal que amenaza el buen periodismo que ha manejado El Tiempo tradicionalmente.
No peleó la veracidad de los hechos que expone la columnista, de pronto Claudia tiene la total razón, pero esa no era la manera, en cambio sí se me hace acertada la reacción del periódico, ya que entendió que era una empleada demasiado insatisfecha y que uno está donde quiere estar, y que uno está con quién quiere estar ¿Si usted hubiera sido jefe que habría hecho? Este es un ejemplo de que los TRAPITOS sucios se lavan en casa, o ¿qué los martes 13 son de mala suerte? No, no lo creo.
Jhonny López
noviembre 8, 2009
Acabo de leer este y tengo tantas sensaciones que no sé por cuál comenzar:
En primer lugar sí, escribes como administrador de empresas. Y sin embargo no todos los administradores de empresas sostienen posiciones de tan poca vanguardia frente a la opinión de insatisfacción de sus empleados y nadie debería ser tan abierto a dichas expresiones como un periódico. Que te quejés en un periódico no es lo mismo a que te quejés en, digamos, un restaurante. No quisiera que cerraran tu espacio en censura20 sólo porque digás que el administrador no hace bien su trabajo. No estaría de acuerdo con lo que dirías pero defendería hasta la muerte tu derecho a decirlo. Espero que no tengás que darme trabajo nunca.
Por otro lado, ésta es tu opinión. Y la respeto. Pero mucho me temo que si sigues así vas a resultar siendo el administrador de algún periódico, no su escritor. Que como dicen los obreros de a pie: el que sabe sabe y el que no es el jefe.
Con todo el respeto que me merecés, primo.
Jackeline C
noviembre 1, 2009
Estoy de acuerdo, si vas a hablar mal del jefe no esperes conservar el trabajo.
Pero creo que El Tiempo al publicar el artículo: primero, evito un escándalo mayor por censura, escándalo que Claudia habría podido causar sin mayor esfuerzo; y segundo mostro a Claudia y sus demás periodistas, que las directivas son conscientes del poder social de su periódico a tal punto que pueden publicar un artículo, que pone en evidencia el sesgo de opinión en la institución, y no solo publicarlo sino incluir una nota de despido para la columnista; sin mayores consecuencias que una semana de comentarios polémicos en los medios de comunicación
jkrincon
octubre 26, 2009
Quiero hacer un apunte pequeño sobre las reflexiones que me ha generado este debate (prometo, luego, expandir mi opinión): creo que, lo que pone en evidencia el despido, es más una disonancia entre nuestra idea de lo que debería ser (medios de información donde se pudiera decir lo que se deseara, y donde la información fuera lo más parecido a la neutralidad que existe) y de lo que es (un panorama politizado en donde cada quién jala para su lado y donde todos tienen que seguir una línea editorial).
Y rescato lo que dijiste en el otro artículo, Sergio, creo que por eso nace Censurados: Cero, un espacio en el cual esa libertad se ejerce sin imposición alguna, y es una esperanza que no podemos perder.
Sergio Chiquillo
octubre 26, 2009
Querido Mockinpott: Sí se trata de una visión mercantil, porque está en un ámbito mercantil. El Tiempo es una empresa y una marca, como cualquier otra. Es una marca que ha sido exitosa, no en vano es el periódico más leído del país. Ahora, no se si el mejor periódico. Y es una empresa que puede seleccionar con quien trabaja y con quien no, por eso existen herramientas legales como la indemnización y otras, si es que el despido fue solo por antojo del periódico y sin justa causa… De nuevo, insisto que mi pelea es que El Tiempo es libre de despedir a alguien, sin necesidad de entrar a discutir si hay o no consecuencias sociales, políticas y morales. Si vas a hablar mal de tu jefe, es muy probable que pierdas tu empleo……….
«El hecho de que el decir algo en una columna de opinión tenga como consecuencia un despido -le perdida de el empleo- y la exclusión de ese espacio, es limitar la libertad de quien opina para hacerlo y lograr su sustento por este medio, por decirlo así» Esto que dijiste anteriormente, me parece algo impreciso, porque si bien hay una libertad de expresión y de opinión, uno también tiene que ser responsable de sus opiniones y sus expresiones. No podemos andar por ahí soltando comentarios y opiniones, y pensar que vamos a salir intactos. Uno tiene que ser congruente con lo que dice y es ahí donde las palabras se vuelven realmente valiosas, o si no estaríamos llenos de majaderos que hablarían por hablar. A Claudia López no se le ha vulnerado su libertad de expresión, dejemos de pensar que el Tiempo es el único medio que existe. Solo se le cerró la oportunidad de hacerlo por un canal entre muchos existentes.En cuanto a la frase que pones al final de tu comentario, sacada de mi texto «(sin mencionar la idea de “el buen periodismo que ha manejado El Tiempo tradicionalmente” siendo que siempre ha representado los intereses de una élite nacional)» Te digo que es curioso que me haya inspirado en una entrevista que leí de la misma Claudia López, para la silla vacía, que dice así: «El patrimonio periodístico de El Tiempo no le pertenece sólo a sus dueños sino a todos los colombianos. Levanté mi voz, y la volveré a levantar, para proteger ese patrimonio» Entonces supongo que El Tiempo no ha sido tan malo después de todo.
Mockinpott
octubre 26, 2009
No se puede hablar de El Tiempo simplemetnte como una empresa exitosa y nada más. Estoy de acuerdo con lo que dice de que se «tiene que ser responsable de sus opiniones», pero esto se aplica a tod@s incluyendo a El Tiempo como medio de comunicación masiva. El hecho de ser el periódico más leído del país le da a esa empresa una resposnabilidad con el país más que un privilegio como «marca exitosa». Esa responsabilidad es la que señala y defiende Claudia. Así que no puede pretender utilizar el término ‘responsabilidad’ para cubrir el bienestar de la empresa frente a una ‘imprudencia’ de una empleada sin tener en cuenta la responsabilidad de esa empresa frente a sus lectores y el país. La responsabilidad no puede ser presentada en términos mercantiles, pues ella responde es a los campos que ud ignora en el análisis de la situación: el político, social y moral.
Por otra parte, en cuanto a la frase que cita de la entrevista a Claudia, es precisamente esta responsabilidad de El Tiempo frente al país la que ella esta reclamando, no veo donde este dando, o no, mérito a labor periodística de éste.
Mockinpott
octubre 26, 2009
Para empezar, quiero decir que los argumentos que da Sergio para decir que no hubo censura surgen de una moral liberal y son testigo de una mercantilización de la información y de la moral. No puede pretender, por ser administrador, que toda acción que se ejecute deba tener motivos mercantiles; el despido de Claudia Lopez y sus planteamientos tienen implicaciones mucho mayores a meras relaciones empresariales entre patrón, empleado y consumidor. El hecho de que el decir algo en una columna de opinión tenga como consecuencia un despido -le perdida de el empleo- y la exclusión de ese espacio, es limitar la libertad de quien opina para hacerlo y lograr su sustento por este medio, por decirlo así. La libertad de opinión no consiste solo en poder opinar, sino en que no haya consecuencias directas por dar opiniones. Creo que la apreciación que Sergio da de lo sucedido es ingenua, pues ignora las consecuencias políticas, sociales y morales por interpretarlo como administrador (sin mencionar la idea de «el buen periodismo que ha manejado El Tiempo tradicionalmente» siendo que siempre ha representado los intereses de una élite nacional).
Sergio Chiquillo
octubre 22, 2009
Querido Juan: Voy a responderte tus puntos por este medio, aunque lo pueda hacer personalmente, lo voy hacer por acá para enriquecer este debate. 1. Está bien lo que dices acerca que El Tiempo maneja un bien público que es la información, pero también tengo claro que un medio tiene derecho a tener su postura y posición política, y aprovechar eventos como el del ex ministro Arias para reafirmarla. El Tiempo no tiene que cubrir en ese sentido los gustos de todos, sino los gustos de los que son afines a él, y creo que en ese sentido tienen bastante público que es uribista o sigue la línea actual de los Santos, por así decirlo. Yo tengo suscripción al Tiempo, y lo leo por lo menos en el ámbito socio político del país, para agarrarme y discutir con él. Osea que en ese sentido no hay que subestimar al público, que mucho es afín y otra parte sí lo mira con un ojo crítico. Además creo que es ahí donde otros medios, existentes o nuevos, tienen la oportunidad de crear miradas opuestas a El Tiempo y ganarse el público que se encuentra desprotegido por éste. Así que creo que es bueno para la oferta periodística que El Tiempo se «boletee» de esa manera. Entonces fervientemente pienso que no es un problema de responsabilidad con el público, sino un conflicto interno entre la editorial del periódico con Claudia López. 2.No estoy de acuerdo con que haya existido censura, sí fuera así, ni tú ni yo,ni nadie en el país hubiera podido tener este debate, porque sencillamente no nos hubiéramos enterado. El tiempo nos dió la oportunidad de enterarnos de lo que pasaba, de no querer que llegara a nosotros esa información, sencillamente el lunes cuando Claudia entregó su columna para publicarla el martes, se le hubiera notificado que su columna no iba, que la tenía que editar o en el peor de los casos cambiarla por completo. Por ende, insisto en que no hubo censura y que El Tiempo en su uso también de la libre expresión salió a decir en su defensa que no estaba de acuerdo con las opiniones de Claudia. El despido viene en consecuencia a lo anterior por algo que se llama clima laboral.A ti que te gustan los ejemplos, es como sí tú tuvieras una panadería y un día uno de tus empleados les dijo a los clientes que el pan de ahí era asqueroso, porque se usó una levadura fea y porque además en tú panadería no hacen pan de hojaldre que es el más rico, etc ¿Tú que harías? Yo lo despediria, porque sí tiene esas observaciones tan provechosas para mi negocio, por que no me las dijo a mi sino que me ahuyento la clientela. Ahora sí él me las dijo y yo no las tengo en cuenta, pues sí sigue insatisfecho, entonces que renuncié y después si diga lo que quiera. Sí eso le pasó a Claudia, sí tenía tanto inconformismo con el proceder del Tiempo, debió luchar desde adentro o criticar desde afuera, o lo que hizo pero siendo conciente que eso le iba a traer desde inconvenientes, hasta la pérdida de su columna. Y pues Claudia no es cualquier periodista de dos pesos, seguramente ya encontrará un espacio en algún medio igual de reconocido, donde la dejen criticar hasta El Vaticano. No me voy sin repetir que no crítico el contenido del artículo de Claudia, sino la forma en que lo hizo, es más, ni la forma, creo que yo lo hubiera hecho de una manera más diplomática. Con lo que yo en realidad peleó es con los columnistas que salieron a decir que ahí se le estaba fallando a la libre expresión, y señalaron una censura que para mi es inexistente.
jkrincon
octubre 22, 2009
Sergio, si bien tus puntos son coherentes y entendibles, no estoy de acuerdo con lo que dices, especialmente en dos puntos:
1. Si bien es cierto que El Tiempo es una empresa privada, y como tal tiene varios derechos, no podemos olvidar que lo que El Tiempo maneja es un bien público y un pilar fundamental para el buen funcionamiento de la democracia: información. Y como son los encargados de difundir la información, además de cargar la responsabilidad de ser el medio más leído en Colombia, tienen una responsabilidad social de ser transparentes, de hacer las cosas bajo la veeduría de la opinión pública.
Por esto, Claudia no podía pasar por los canales internos un problema tan grave como el denunciado, tenía que ser un grito público, tenía que decirles a todos «Oigan, el periódico más importante de Colombia está sesgado, y no lo quiere reconocer». Esto, en ningún momento, puede verse como una renuncia: ¿acaso la solución es alejarse del problema y dejarlo sin solucionar? La auto-crítica es básica para el buen funcionamiento de las empresas, y más de una tan importante como el tiempo.
2. Si censuraron a Claudia. Es cierto que publicaron el artículo, pero a raíz de lo que dijo le quitaron su columna. Es como si tu tuvieras acceso a una plaza semanalmente donde expones lo que piensas, y la semana siguiente vas a volver a la plaza, pero un guardia de seguridad no te deja entrar porque a los dueños del terreno no les gustó lo que dijiste. Le publicaron el artículo, pero le quitaron el espacio para hablar en un fúturo, para evitarse las molestias de tener que bloquear sus palabras directamente.
Sobre el tema te recomiendo este par de artículos:
http://www.semana.com/noticias-opinion-on-line/libertad-expresion-costa-libertad-empresa/130077.aspx
http://elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/hector-abad-faciolince/columna167257-opinion-y-libertad –Hector Abad está de acuerdo contigo.
Saludos
jkrincon
octubre 22, 2009
Y para complementar…¿por qué limitar la libertad de expresión al punto de no poder criticar el lugar donde uno trabaja?